Juego de ejercicio 

    El equipo congénito del bebé posibilita comenzar con el juego funcional Cuando el bebé comienza el juego con objetos, a partir de los 3 meses, le encanta tomar todo lo que está a su alcance. 

    Con las relaciones descubiertas y creadas en el transcurso de las experiencias de interacción sujeto-objeto vienen grandes progresos, como las transferencias asociativas y la coordinación óculo-manual. Al descubrir efectos placenteros para él, intenta repetir las acciones que los provocan (reacción circular) y de ello se adquieren los esquemas móviles, aplicados en los objetos colgantes de la cuna. Entonces, tira de la cuerda y lo asocia con el movimiento de éstos que él ha provocado.

   En el juego comienza a descubrirse a sí mismo, y se conecta con la realidad incorporándola en su estructura psíquica, asimilando a sí el medio.

   El niño aprende por asociaciones adquiridas a través del juego funcional, donde cada intento es un escalón previo y necesario para el siguiente. Con esta génesis aparece el juego auténtico, motivado por el deseo y la intencionalidad.   

   Puesto que la inteligencia es una actividad organizadora, es conveniente promover juegos con sonidos, texturas y movimientos que motiven el desarrollo de los sentidos. 

Juego simbólico

    Es un indicador del correcto funcionamiento del desarrollo intelectual: avanza al pensamiento abstracto y creativo. 

    El juego simbólico es un medio para conocer la variedad de aspectos del contexto en el que vive    

Representa su modo de interpretar las vivencias que le preocupan y adquiera modos de manejarse frente a situaciones la vida diaria. No hay pasos a seguir, simplemente dejar volar la imaginación y que el deseo fluya. Porque si el juego es repetitivo y cerrado, puede ser una señal de alerta en el desarrollo.

    Además, mediante el juego simbólico se pueden liberar tensiones canalizando lo que produce ansiedad a través de ramas, una escoba o sillas que simulan ser lo que el sujeto quiere que sea.

Aprovechamiento del juego simbólico: simular ser el doctor que atiende a un muñeco. Señalar sus partes del cuerpo para aprenderlas. 

  El ejercicio de encastre también existe en juegos de computadora y consiste en ir arrastrando piezas con el mouse y encajarlas en espacios. Esto no reemplaza las habilidades motoras, de secuenciación y sobre todo el compartir con pares el debate y la planificación de lo que se construye. 

  Juega un papel preponderante la atribución de sentido que el niño hace a partir de sus creaciones. Es decir, le da un significado personal a lo construido y esto conlleva un valor afectivo. 

Juego de reglas

  Aquí se promueven el respeto por el turno que trae consigo la tolerancia, la espera, y el desarrollo de la atención sostenida en el niño.

   Asumir un rol es trascender su situación actual para ver más allá de su perspectiva y aprender a convivir con otros puntos de vista.

Otros beneficios:

  Si bien se toma conciencia de la variedad de reglas a partir de los 11 años, favorecen la reflexión y el desarrollo del lenguaje en los niños pequeños.

 A su vez, los juegos de exterior permiten que el niño pueda correr (actividad de psicomotricidad gruesa) y explorar todo lo que le rodea. 

Juego de construcción

   Primeramente, adquirirá la habilidad individual apilando bloques en un sentido vertical.

   Luego del año y medio, estará apto para realizar juegos de encaje. A los dos años comenzará a alinear objetos que simulan ser un tren, un gusano, un cordón o serpiente. 

   Más adelante, para aprovechar el interés por la construcción en los niños, debemos promover actividades para el desarrollo cognitivo como los juegos de encastre que se arman siguiendo el abecedario o la rayuela. 

Estimulación con tecnología